viaje de 5 días a Eslovenia, julio 2011

Hacía algún tiempo que teníamos ganas de visitar algún país de la antigua Yugoslavia, así que aprovechando que el 29 de junio es festivo en Castellón, cogemos un par de días libres con lo que nos podemos ir un total de cinco días. Compramos unos vuelos a Trieste con la intención de pasar esos días en Eslovenia. Y lo hacemos a esta ciudad italiana porque Ryanair vuela allí desde Valencia y una vez más es la opción más económica. Por un total de 50 € por cabeza tenemos los vuelos i/v, incluyendo una maleta facturada.

Eslovenia, situada entre Italia, Austria, Hungría, Croacia y el mar Adriático, es una República de 2 millones de habitantes. La actual Eslovenia se formó en 1991 al independizarse de Yugoslavia, tras un conflicto armado relativamente corto denominado “Guerra de los diez días”. Por aquel entonces ya era el país más desarrollado de aquella antigua federación y eso, hoy en día aun se nota, de hecho es el único país de la antigua Yugoslavia que actualmente está adherido a la Unión Europea (2004). Al ser Eslovenia un país bastante pequeño y teniendo en cuenta que íbamos a alquilar un coche, nuestra intención era dejar un día para cruzar la frontera croata y visitar su capital, Zagreb, situada a tan solo 25 km. de la misma. Finalmente, además de pasar un día en Zagreb pudimos hacer una rápida incursión en Graz, segunda ciudad austriaca, por lo que en este viaje “tocamos” cuatro países.

El primer día lo reservamos enteramente a descubrir la coqueta capital eslovena: Liubliana (Ljubljana en esloveno), ciudad que nos dejó gratamente sorprendidos. En el segundo día de viaje conocimos Bled, localidad de postal y nos adentrarnos en el Parque Nacional de Triglav, precioso lugar donde abundan los lagos y cascadas. El tercer día tomamos ruta hacia el noreste visitando Maribor, segunda ciudad eslovena y la pequeña Ptuj, una de las ciudades más antiguas del país. Esa tarde hicimos también una incursión en territorio austriaco visitando Graz, “la ciudad del diseño”. El cuarto día lo dejamos enteramente para Zagreb y el quinto y último día visitamos Postojna, localidad situada 50 km al suroeste de Liubliana y que cuenta con dos de las más importantes atracciones turísticas del país: sus cuevas y el Castillo de Predjama.

Si después de leer esta pequeña introducción aún seguís interesados en conocer un poco más Eslovenia, abróchaos los cinturores que despegamos con rumbo a este pequeño y verde país.

viernes 24 de junio: BUONA SERA TRIESTE, CIAO TRIESTRE

Llegamos al aeropuerto de Manises con una hora y media de antelación a la salida del vuelo de Ryanair que nos llevará hasta Trieste. Como otro fin de semana más de los que nos escapamos por Europa, dejo a Valle con las maletas en la terminal de salidas, voy a aparcar el coche al parking de larga estancia del aeropuerto y vuelvo repasando mentalmente todo lo que me va a hacer falta en las próximas horas: tarjetas de embarque facturadas on-line, reserva del coche de alquiler, último email enviado al B&B donde nos alojaremos en Eslovenia, etc…Es como una rutina, pero en el momento en el que llega un nuevo viaje siempre sientes ese cosquilleo en el estómago, esa ilusión ante lo que vamos a descubrir en las próximas horas que hace que esto de viajar enganche como una droga.

El vuelo despega a las 19:15 en punto y en poco más de dos horitas estamos aterrizando en el pequeño aeropuerto que da entrada a la región del Friuli-Venecia, la más nororiental de Italia. Los trámites de recoger el coche que hemos alquilado a través de la web de Hertz (176 €, cinco días) son rápidos y sencillos. Aunque ya lo habíamos visto en algún foro de viajes en los que suelo meterme, consultamos de nuevo el tema de si vamos a tener algún problema en circular con el coche por Eslovenia y Croacia, a lo que el amable personal de la oficina de Hertz nos contesta que podemos conducir libremente por esos países, que no nos preocupemos por nada. Así que, en cuestión de minutos, estamos metiendo las maletas en el interior de un pequeño pero flamante Lancia Ypsilon «nero lupo» muy majete, que se convertirá en nuestro fiel amigo los próximos cinco días.

Son las 21:30 h. y aún nos quedan por recorrer los 140 km. que separan el aeropuerto de Friuli del B&B Jana, en la pequeña localidad de Cerklje na Gorenjskem, a unos 25 km. de Liubliana. Ponemos el navegador en marcha y en unos segundos nos sale la ruta más rápida que nos saca de Italia por la E-61 y nos lleva hasta nuestro destino por la A-1y A-2, todo el rato por cómodas autopistas eslovenas. Y es que, aunque cuando estamos de ruta por un nuevo país solemos evitar las autopistas, dado la hora que era, no queríamos llegar excesivamente tarde al B&B y menos en un país tan tranquilo como Eslovenia, donde la gente se acuesta muy pronto.

El tramo de autopista del aeropuerto a la frontera cuesta apenas 1 € pero al entrar en territorio esloveno, por todos lados indican la obligatoriedad de circular con una «vignette» en el parabrisas del vehículo. Esta vignette no es más que un adhesivo que hemos de colocar en el parabrisas delantero del coche si queremos circular por la red de carreteras principales de Eslovenia (autopistas y autovías). Nosotros la compramos en la primera gasolinera eslovena que vimos nada más cruzar la imaginaria frontera, donde paramos también para comprar unos sandwiches para cenar. Puedes adquirir esta pegatina para un vehículo tipo turismo con validez para una semana, un mes o un año por 15, 30 y 95 euros respectivamente. Aunque los que no estamos acostumbrados a conducir por Europa, al principio podamos pensar que es una especie de «impuesto revolucionario», la verdad es que las autopistas salen bastante más económicas que en casa, puesto que por 15 € que pagamos puedes conducir por todas las autopistas de peaje del país durante una semana sin soltar un céntimo. Este sistema de pago es habitual en bastantes países de Europa.

A eso de las 23:00 h. estamos llegando al B&B y allí estaba esperándonos Jana con las llaves de nuestra habitación. En unos minutos nos explicó el funcionamiento del B&B y nos deseó buenas noches, en inglés por supuesto, porque en esloveno aún era (y es) demasiado complicado para nosotros.

sábado 25 de junio: LIUBLIANA, PEQUEÑA PERO ENCANTADORA

Nos levantamos con las pilas cargadas y nos ponemos morados con el suculento desayuno del B&B. Lo hacemos mientras ojeamos mapas y folletos del país que habíamos solicitado desde casa enviando un email a la embajada de Eslovenia en Madrid. La verdad es que se portaron genial, en poco más de una semana teníamos en nuestro buzón mapas, rutas, folletos, trípticos, etc.. de todo lo que no hay que perderse en Eslovenia, un 10 por ellos!!

Leyendo esta información nos habíamos enterado de que casualmente, hoy día 25 de junio es el día Nacional de Eslovenia, donde se conmemora la declaración de la independencia con Yugoslavia. En  una primera planificación de los días del viaje íbamos a dejar la visita a la capital para otro día, pero cuando nos enteramos de que hoy era la Fiesta Nacional del país, nos dijimos: que mejor día para ver una Liubliana engalanada y llena de ambiente. Por lo que después de desayunar pusimos rumbo a la capital eslovena, de la que únicamante nos separan unos 25 kilómetros. Esta vez si que lo hicimos por carreteras secundarias, acercándonos de esta manera un poco más a la realidad del país. El paisaje es una sucesión de praderas verdes y de pequeños y tranquilos pueblos,todos ellos con su correspondiente iglesia.

Al llegar al centro histórico de Liubliana enseguida uno se percata de lo pequeño y cómodo que resulta recorrerlo a pie, por lo que decidimos buscar un lugar donde dejar el coche todo el día. Finalmente y tras dar varias vueltas por las calles que rodean el casco antiguo, comprobando que todas las posibles plazas de aparcamiento eran de pago, decidimos dejar el coche en el parking de la estación de trenes (0’50 € la hora), situada a solo 5 minutos andando del río Liublianica.

Tras dejar el coche a buen recaudo bajamos por la calle Koledvorska hasta la ribera del río Liublianica y aparecemos muy cerca de la plaza Presernov y del puente triple, centro neurálgico de la ciudad. Allí comenzamos a hacer las primeras fotos disfrutando de las vistas del Castillo de Liubliana, situado en la cima de una colina, desde donde se domina toda la ciudad antigua. Cruzamos la animada calle Stritarjeva y tomamos la calle Mestni a la derecha pasando por delante de la famosa fuente de de los Tres Ríos y del Ayuntamiento. Visitamos el edificio municipal donde en los bajos pudimos ver una exposición de arte local y continuamos por la calle Stari hasta girar por la empinada calle Gornji con intención de subir hasta el Castillo.

Entramos al Castillo (entrada 4 €) y visitamos el museo que hay en él, asistiendo igualmente a una interesante proyección en 3D donde se repasa la historia de la ciudad. Siguiendo mi habitual costumbre de subir a lo más alto para así obtener unas mejores vistas de los sitios, práctica en la que Valle a veces parece no estar muy de acuerdo, subimos por una interminable escalera de caracol hasta la torre más alta del Castillo, desde donde pudimos disfrutar de unas inmejorables vistas de la ciudad, pudiendo observar al fondo incluso los Alpes Julianos.

Tras bajar del Castillo otra vez paseando (existe un teleférico: 1’80 €), pasamos por la oficina de turismo de la plaza Vodnikov, y como ya nuestros estómagos comienzan a quejarse, preguntamos por un sitio donde poder comer especialidades eslovenas sin tener que pagar una pasta. La chica de la oficina, muy amable ella, nos habla maravillas de tres sitios y nos decidimos por la Golstina Sestica, situada en el número 40 de Slovenska Cesta. El sitio resulta tener varios salones enormes con una decoración muy cuidada. Pedimos un par de platos para compartir porque nos fijamos en la otras mesas y vimos que eran bastante grandes. Probamos una ensalada de pulpo con morcillas con rape y unos filetes en salsa con guarnición de patatas y verduras que se salían del plato. Y para que hablar del postre, una porción de tarta prekmurska gibanica, que parecía un ladrillo de grande. El café decidimos tomarlo en una de las animadas terrazas de la plaza Presernov disfrutando del ir y venir de eslovenos y turistas.

Después de reponer fuerzas con unos deliciosos capuccinos decidimos dar el segundo y último asalto al centro histórico de la ciudad. Comenzamos por la Catedral de San Nicolás, reconstruida en estilo gótico después del incendio que sufrió en el siglo XIV. De allí damos un corto paseo por el mercado municipal hasta el famoso Puente de los Dragones, construido en 1901, y que debe su nombre a los cuatro dragones que lo custodian y que se han convertido en el icono de la ciudad. Cruzamos el puente y por la otra ribera del río vamos dando un paseo en dirección al barrio de Krakovo. De camino a este tranquilo barrio residencial pasamos por el Parque Kongresni y la Universidad de Liubliana hasta dar de frente con la bonita iglesia de San Juan. Después de hacer unas cuantas fotos a este apartado y elegante templo, giramos a la derecha por la calle Zoisova hasta Slovenska Cesta y la seguimos en dirección al centro hasta la calle Subiceva. Pasamos por delante del Parlamento y del Museo Nacional de Eslovenia, donde nos damos cuenta de que hay una exposición de Tolouse Lautrec muy chula, prometiéndonos volver el último día de camino a Trieste, ya que a esa hora se encontraba cerrado. En este barrio, denominado «Ajdovscina», están los edificios gubernamentales y las embajadas de los países extranjeros. Pasamos por unas cuantas y nos llama la atención como no, la de EEUU, rodeada de una seguridad brutal, donde por supuesto no nos dejan hacer fotos.

Nos compramos unas manzanas en un puesto ambulante que hay delante del Museo de Arte Moderno y decidimos ir al B&B a pegarnos una ducha y salir a cenar a algún pueblecito de los alrededores. Antes de abandonar Liubliana, pasamos por la calle Miklosiceva y disfrutamos de las vistas del espectacular edificio del Banco Cooperativo, de estilo «Art Nouevau».

Tras un descansito en el remanso de paz y tranquilidad que es nuestro B&B, cogemos nuestro Ypsilon y ponemos ruta a Skofja Loka, un pequeño pueblo medieval situado a20 kilómetros de donde estamos durmiendo. La verdad es que llegamos un poco tarde, y entre eso y que en Eslovenia los horarios son muy europeos, tuvimos que cenar en una Golstina en la carretera que va de Skofja Loka a Kranj. Nos metimos para el cuerpo dos pedazos de ensaladas eslovenas que estaban buenísimas, eso si, en el sitio, estábamos nosotros dos solos y la simpática dueña de la Golstina, y es que eran más las diez de la noche, hora muy mala para cenar en Eslovenia. Así que de esta forma acabamos nuestro primer día de viaje, soñando con dragones, castillos y encantados de haber descubierto a los eslovenos, una gente muy educada y tranquila.

domingo 26 de junio: BLED Y PARQUE NACIONAL DE VINTGAR, LUGARES DE CUENTO…

Hoy queremos ir hacia el norte del país y visitar Bled, que con su paisaje de postal es una de las fotografías más famosas de Eslovenia. Bled es una pequeña población de poco más de mil habitantes situada a orillas del lago glaciar del mismo nombre, que atrae a miles de turistas durante todo el año. En los alrededores también hay unos cuantos castillos e iglesias verdaderamente preciosos. Así que después de meternos un buen atracón en el B&B, salimos en dirección a Bled circulando por la carreteras 104, 411 y 636, recorriendo tranquilamente los apenas 40 kilómetros que nos separan. Por el camino vamos atravesando todo el rato unos bosques de una espesura brutal, haciéndose literalmente de noche en algunos tramos. Hacemos un alto en Kropa, un pequeño pueblo situado en un estrecho valle bajo la meseta Jelovica. Kropa conserva la apariencia de un antiguo poblado de herreros y cuenta con un curioso museo del Hierro Forjado. Después de dar una vuelta por las fantasmagóricas calles de Kropa, y es que no había ni un alma, volvemos a la carretera y ponemos rumbo ahora sí, a Bled.

Nada más llegar a Bled decidimos dar una vuelta con el coche al lago y así situarnos un poco en el entorno. Por el camino nos detenemos cada dos por tres a hacer fotos del lugar, y es que es realmente bonito. Como muchas guías de viaje dicen: -«estar en el lago Bled, es estar inmerso en un cuento de hadas». Nos habían hablado muy bien de la Golstina «Pri Planincu» en Bled, por lo que como aún es muy pronto para comer, decidimos visitar el Castillo de Blejski y la cascada de Savica y más tarde volver a comer a Bled.

El Castillo de Blejski está situado en una colina que se alza junto al lago Bled y las vistas de éste y de su isla son impresionantes. En esta minúscula isla situada casi en el centro del lago se encuentra la iglesia de Santa María dela Asunción. Para llegar hasta la isla se puede alquilar una barquita o ir en las barcazas que constantemente salen del embarcadero de Bled (10 € i/v).

Tras recorrer el museo que hay en el Castillo y disfrutar un buen rato de las vistas del lago, cogemos el coche y nos vamos al lago Bohinj, situado a 26 km al suroeste de Bled. Cuenta la leyenda que este gran lago fue creado con las lágrimas cristalinas de una divinidad de la montaña. Llegamos al lago, que es el más grande de Eslovenia, y podemos ver como en los alrededores hay sendas entre frondosos árboles donde poder caminar y un montón de actividades como: kayaks, barcas, etc…Damos un paseo, hacemos las fotos de rigor y seguimos por la misma carretera que hemos llegado en dirección a la cascada de Savica. Es una carretera bastante estrecha y empinada y en una de las curvas cerradísimas nos encontramos con una joven pareja que está haciendo auto-stop. Paramos y bastante acalorados por la caminata y por el calorcillo que hacía éstos nos piden por favor que si les podemos subir a la cascada. Por supuesto que accedemos y por el camino mantenemos una animada conversación practicando inglés con ellos, que resultan ser griegos. Al llegar al parking (3 €), dejamos el coche y subimos hasta la cascada (entrada 2,5 €) por un empinadísimo sendero que se abre entre la montaña y por donde se suben más de 500 escalones. El esfuerzo merece la pena, ya que al final te espera el estruendo de la cascada con sus más de 60 mde caída.

Volvimos a Bled para comer y lo hicimos en la Golstina que nos habían recomendado, y vaya acierto!! los platos son enormes y la comida riquísima. Valle se pidió pato con gorgonzola y yo una especie de mix de carne a la barbacoa que se salía del plato. Después del enorme atracón, por cierto a muy buen precio, pusimos rumbo a la Garganta de Vintgar, situada a 7 km de Bled. Está todo muy bien indicado y en poco más de diez minutos llegamos al parking del sitio. Pagando la entrada de 4 € accedes al interior de la garganta que se recorre por un sendero y unas pasarelas de madera. El entorno de la garganta es precioso y el paseo hasta el final, donde está la cascada, se hace en una media horita. Por medio de la garganta baja un río de tonos verdes esmeralda describiendo varias pequeñas cascadas y rápidos. La verdad es que nos quedamos muy gratamente sorprendidos con este lugar, que nos resultó unos de los más bonitos de Eslovenia.

Desde Vintgar cogemos la carretera nacional 201 hasta Kransjka Gora (33 km), situada muy cerca de las fronteras de Italia y Austria. Esta bella localidad situada en plenos Alpes Julianos se ha convertido en un centro de deportes de invierno de fama internacional. Aparcamos el coche y damos una vuelta por el centro urbano entre coquetas casas de colores de tejados superinclinados.

Después de tomar un reconstituyente capuccino y aprovechando que aún queda una horita de sol decidimos cruzar el paso de Vrisc. Este paso entre montañas se encuentra a 1.611 m de altura y es una carretera de 50 curvas numeradas, la mayoría adoquinadas, en forma de U. Subiendo hacia el paso de Vrsic hay muchos descansos para contemplar la cara norte del Triglav desde donde las vistas son increíbles. Al poco rato de la ascensión se encuentra la «Russian Chapel», construida en 1.917 por los prisioneros rusos que los austriacos emplearon en la construcción del «paso» entre 1.915 y 1.916, buscando un acceso rápido al Valle del Soca, al otro lado del Vrsic. Esta capilla se construyó para honrar a los compañeros que murieron durante la construcción de la carretera, especialmente tras un alud que se llevó por delante a cerca de 300 prisioneros y también a muchos guardias. Como curiosidad, comentar que en la curva nº 48 se encuentra la «Ajdovska deklica» o «cara de una doncella en la roca». Cuenta la leyenda que las doncellas Ajdovska predecían la suerte de las gentes de Kranjska Gora en el momento de su nacimiento. También les decían cuando debían de plantar sus cosechas para que fueran más fructíferas y que hierbas debían comer si enfermaban. Pero una vez, una de ellas predijo que el hijo de un cazador mataría al Golden Horn, una cabra salvaje de los Alpes que tenía los cuernos de oro. Cuando la profecía se cumplió, las demás doncellas se enfadaron y se marcharon no sin antes castigarla convirtiéndola en roca. Nosotros hicimos la oportuna parada en la citada curva y conseguimos encontrar la famosa cara en la roca (o por lo menos, eso creemos…).

Una vez acabado el paso de Vrsic continuamos por la carretera 206, que discurre todo el rato junto al río Soca, que es de un azul muy brillante resultando muy curioso de observar. Esa tarde-noche hacemos ruta hasta el B&B recorriendo pueblos como Kobarid, Tolmin, Cerkno, Gorenja Vas, etc.. donde parece se haya parado el tiempo hace muchos años. Por el camino se nos cruzan unos cuantos ciervos y zorros, lo que hace el viaje divertido aunque un poquito «peligroso».

lunes 27 de junio: VISITAMOS LA BELLA PTUJ,LA COSMOPOLITA MARIBOR Y HACEMOS UNA INCURSIÓN EN AUSTRIA, NO ESTÁ MAL PARA UN SOLO DÍA

La jornada de hoy la habíamos reservado para visitar Maribor, situada en la parte noreste del país, muy cerca de la frontera austriaca. Esta ciudad, con sus más de 125.000 habitantes, es la segunda más importante de Eslovenia. Así que esta mañana desayunamos con un mapa de Eslovenia delante mirando posibles rutas y alguna otra población que visitar. Enseguida, consultando guías y folletos damos con Ptuj, la población más antigua de Eslovenia y que se encuentra a tan solo 30 km de Maribor. También nos damos cuenta de lo cerca de la frontera que esta Graz, la bella ciudad austriaca, por lo que dependiendo de como vayamos de tiempo, nos proponemos hacer una pequeña incursión en Austria. Como teníamos mucho que hacer, después de dar buena cuenta de los manjares que Jana preparaba todas las mañanas, nos montamos en el coche y enfilamos ruta hacia Ptuj. Desde Cerklje na Gorenjskem hasta esta pequeña localidad tenemos 140 km de cómoda autopista (A-1) que decidimos coger para ahorrar algo de tiempo en una jornada que se presentaba bastante comprimida. Muy cerca ya de Maribor tomamos el desvío hacía Ptuj y cogemos la A-4, que nos llevará hasta esta pequeña localidad.

Ptuj cuenta con un patrimonio tanto arqueológico como arquitectónico muy rico. Después de pasar aunque no sean más que un par de horitas, uno puede llegar a entender por qué la llaman el tesoro del milenio. Lo primero que hacemos en Ptuj es visitar su oficina de turismo y sentarnos tranquilamente en una plaza a tomar un capuccino. La típica foto de Ptuj es la de la ciudad con su Castillo, que impasible, domina ésta.

Uno de sus monumentos más famosos es el Orfeo, una piedra lapidaria del siglo II. Y es que Ptuj tuvo en la época romana su periodo más próspero. La llamada Colonia Ulpia Trajana Poetovio, en honor al emperador Trajano quien le concedió status de ciudad, fue uno de los enclaves más importantes del Imperio Romano. De hecho Vespasiano fue elegido emperador en Ptuj allá por el siglo I. Pero con el ocaso de Roma, Ptuj cayó en manos de los hunos y no volvió a levantar cabeza hasta el siglo X que recupera su estatus de ciudad. Así que, mapa en mano, estuvimos recorriendo las bellas y tranquilas calle de Ptuj adivinando en cada rincón la larga historia que tiene esta ciudad.

Desde Ptuj conducimos por la A-4y A-1 hasta la cercana Maribor. Al llegar a Maribor aparcamos el coche en un parking muy cerca del centro (1 € la hora), en la calle Vosnjakova. La primera impresión que nos causa Maribor es que no tiene nada que ver con Liubliana, aquí se respira otro aire mucho más cosmopolita y moderno que en la capital. Sin embargo, nosotros nos quedamos con la belleza y elegancia de Liubliana, una capital pequeña para un país pequeño. Damos un paseo por el centro, nos situamos un poco y entramos a la oficina de turismo que hay justo enfrente de la Iglesia Franciscana. Allí comentamos que vamos a estar unas horas en la ciudad y que nos digan que visitar  y por supuesto donde comer.

Antes de comer damos una vuelta y llegamos hasta la orilla del río Drava, pasando por delante de la cepa más antigua del mundo, que sí, se encuentra aquí en Maribor. Como ya el hambre aprieta, nos dirigimos de nuevo al cercano centro y nos sentamos en la terraza de la Golstina «NaVogalu», en la calle Gosposka nº 2000. Resulta ser un restaurante vegetariano donde degustamos una sopa de guisantes y un pedazo de ensalada por 10 euros por cabeza.

Después de comer nos tomamos un capuccino en la plaza Leona Stuklja y paseamos por los alrededores de la Catedral, el Teatro,la Iglesia Franciscana, etc… Como en toda Eslovenia, se respira un aire muy tranquilo y las terrazas están llenas de gente guapa. Como aún no es tarde y nos hace ilusión entrar en Austria, tomamos la autopista A-9 en dirección a Graz. Maribor está a menos de 20 km. de la frontera austriaca, por lo que un momento llegamos a la imaginaria división y paramos ya en territorio austriaco a comprar la obligatoria “vignette”, en este caso, la austriaca (7,90 €, 10 días). Es la segunda pegatina que ponemos en el cristal del coche y ya empezamos a parecer “europeos”, jejeje.

Después de circular unos 50 km. por una cómoda autopista austriaca llegamos a Graz. Esta bella ciudad es la segunda más grande de Austria y actualmente disfruta del título de “Ciudad del Diseño2011”. La mezcla de arte gótico, renacentista y barroco de su casco antiguo motivó igualmente a la UNESCO en 1999 a declarar el centro de Graz “Patrimonio de la Humanidad”. Por lo que no hay nada más que decir para saber que nos encontramos ante una joyita que bien merece una visita con más calma.

Aparcamos el coche en zona azul, junto al río y justo al lado del espectacular Café-Isla diseñado por Acconci en 2003. Lo primero que hacemos es cruzar el puente Stiget para observar el modernísimo Centro de Arte Kunsthaus. Este museo de arte moderno y la cercana torre del reloj representan el contraste entre la tradición y la vanguardia, haciendo de Graz una ciudad realmente impresionante. Volvemos a cruzar el puente y caminamos por la calle Herrengasse en dirección al centro histórico de la ciudad. Enseguida llegamos a la plaza Hauptplatz o Plaza Mayor, donde está el Ayuntamiento. Nos metemos en una oficina de turismo que hay en la misma calle Herrengasse y nos dan un mapa y un folleto en español de Graz, ambos muy útiles. Le preguntamos a la simpática chica de la oficina lo que no hay que perderse en una tarde en Graz y enseguida nos traza un itinerario que seguiremos a pies juntillas.

El primer sitio al que nos dirigimos es al Castillo situado en la colina Schlossberg, al que se puede subir de tres formas diferentes: andando, en funicular o en ascensor. Nosotros elegimos la última de ellas (1 €) utilizando los ascensores situados en la plaza Schlossberg. Una vez arriba disfrutamos de unas impresionantes vistas de Graz desde la Antigua Torre del Reloj Uhrturm, monumento caracterísitico de la ciudad. Desde allí bajamos por la zona del parque hasta llegar a la plaza Karmelite. Por esa animada zona de cafés y restaurantes pasamos la tarde contemplando la Catedral, la Ópera, etc… Aunque para nosotros aún es temprano la gente está cenando en las numerosas terrazas que hay por los alrededores de la calle Herrengasse. Todavía con la luz solar decidimos dar por finalizada la visita a Graz y poner rumbo hasta el B&B con la intención de parar a cenar en algún pueblecito esloveno.

Ya en territorio esloveno y circulando por la autopista A-1 vamos pasando distintas localidades, no llegando a parar en ninguna, cometiendo el típico fallo que se suele tener cuando viajas por Europa y es que a nuestros estómagos hispanos les cuesta ponerse a cenar a eso de las 7 u 8 de la tarde. Por lo que lo que tenía que pasar pasó y nos dieron las diez de la noche y como no, en cada sitio que parábamos nos encontrábamos todo cerrado. Finalmente nos metimos en Celje, a 80 km. de Liubliana, y pudimos cenar un Kebab, en fin, menos da una piedra. Y con nuestros estómagos más calmados llegamos al B&B donde después de una reparadora duchita caímos rendidos después de un día agotador.

martes 28 de junio: ZAGREB, SALIMOS DE LA UNIÓN EUROPEA, AUNQUE POR POCO TIEMPO…

Hoy queremos hacer una incursión en la vecina y últimamente muy turística Croacia visitando su capital: Zagreb. Aunque Croacia aún no pertenece a la Unión Europea (no tardará mucho), el nivel de vida es ya muy parecido a otros países de su entorno, que sí pertenecen a la UE. Al no estar dentro de la Europa comunitaria se necesita el pasaporte y cambiar moneda aunque solo sea para una rápida visita de un día, como es nuestro caso.

Llegar a Zagreb desde nuestro B&B es muy fácil, solo hay que seguir la cómoda autopista A-2 durante 160 kilómetros. Al llegar a la frontera esloveno-croata enseguida se percata uno de que esta si que es una “frontera” de verdad. Los trámites son sencillos, enseñamos el pasaporte al funcionario de aduanas y este con una “ensayadísima” sonrisa nos lo sella y nos saluda con un típico: “welcome to Croatia”. Desde la frontera hasta Zagreb hay una autopista de peaje (1€ ó 5 Kunas) que se puede pagar sin problemas con euros.

La Zagreb de hoy en día se creó de la unión de dos pueblos medievales, los cuales estaban rodeados por fuertes murallas y torres, cuyos restos todavía siguen conservados, o por lo menos parte de ellos. Durante las invasiones turcas de los siglos XIV al XVIII Zagreb fue una importante fortaleza fronteriza. La reconstrucción barroca de la ciudad (siglo XVIII) cambia la apariencia de la ciudad de una forma radical. En ese momento Zagreb se confirma como el centro administrativo, económico y cultural de Croacia. Actualmente Zagreb es una vieja ciudad centroeuropea cuyo centro histórico está dividido en dos partes bien diferenciadas: la ciudad Alta y la Ciudad Baja.

Al llegar a Zagreb nos dirigimos al centro y dejamos el coche en un parking de la calle Petrinjska (1€ la hora), muy cerca de la Plaza Ban Josip Jelacic, centro neurálgico de la ciudad. Allí entramos en la oficina de turismo (calle Ban Josip Jelacic, 11), cogemos unos folletos en español y preguntamos como siempre qué ver y donde comer. Lo primero que hacemos es cambiar algunos euros en un local llamado «Anic Holding», situado en la misma plaza, justo al otro lado de la oficina de turismo. Allí nos hacen un cambio de: 1 €= 7,31 Kunas.

Antes de comenzar a descubrir la ciudad nos tomamos un capuccino en una terraza de la animada calle Frane Petrica, contagiándonos de esa vida que se respira en esta gran ciudad, llena de gente joven y guapa de un lado para otro. Allí decidimos “atacar” por la mañana la “Ciudad Alta” y dejar para la tarde la visita a la “Ciudad Baja”. Así que una vez armados de mapas y folletos nos disponemos a visitar la parte más alta de la ciudad. Para ello cruzamos la enorme plaza Ban Josip Jelacic y subimos por la calle Bakaceva hasta dar de bruces conla Catedral de la Asunción de la Virgen María. Tras la visita de rigor al interior del templo, paseamos entre los puestos del cercano Mercado de Dolac, característico por sus animados toldos rojos. Una de las  peculariedades de Zagreb son sus mercados al aire libre. Casi todos los barrios tienen su mercado, pero el más conocido es el de Dolac. En él podemos ver carnes, pescados, verduras, etc…

Del mercado subimos paseando por la calle Radiceva y luego por Kamenita hasta la plaza de San Marcos. Hacemos unas fotos a la bonita iglesia del mismo nombre y bajamos de nuevo a la plaza Ban Josip Jelacic por la calle Tkalciceva, muy animada con sus terrazas y tiendas de ropa.

Como ya se va haciendo la hora de comer nos ponemos a buscar el garito que nos ha recomendado el chico de la oficina de turismo. Este resulta ser el restaurante “Vinodol”, en la calle Teslina. Es un sitio con muy buena pinta donde sirven típica comida croata y donde nos ponemos las botas. Yo me pido cordero enrrollado con queso al estilo Zagreb y Valle un pastel de queso buenísimo.

Después de reponer fuerzas nos disponemos a dar el segundo asalto a la ciudad. Ahora toca la Ciudad Baja, por lo que comenzamos en la misma calle Teslina hasta llegar a la plaza de Nikola Subic Zrinski. Desde allí continuamos por la plaza del Rey Tomislav donde se encuentra la estación de trenes de la ciudad y cogemos la calle Mihanoviceca hasta llegar a la plaza de Marulicev. Seguimos por la plaza del Mariscal Tito y por la calle Masarykova finalizando nuestro circuito en la plaza de Petar Preradovic. Total, que cuando nos queremos dar cuenta se nos ha ido la tarde paseando entre monumentales plazas y edificios señoriales. Así que, después de tomar el último refrigerio en una terraza situada muy cerca de la gran plaza Ban Josip Jelacic, decimos adiós a Zagreb y cogemos el coche con la intención de regresar a Eslovenia.

Llegando al B&B decidimos que esta noche nos iremos a cenar a Liubliana y es que no nos queremos ir de Eslovenia sin ver el centro histórico de su acogedora capital bajo la luz de la luna, seguro que merece la pena. De nuevo se nos hace un poco tarde, así que cogemos la carretera hacia Liubliana con la amenaza de volver a cenar otro kebab, amenaza que se vería cumplida un rato más tarde.

Dejamos el coche aparcado en zona azul muy cerca del río Liublianica y es que al ser casi las diez de la noche, la verdad es que no había mucha gente. Y es que Liubliana, con una población de 270.000 personas, cuenta con más de 70.000 universitarios de distintas partes del país, que en verano están de vacaciones. Al final, como he dicho, acabamos comprando un par de kebabs en un puesto ambulante de la calle Presernov. Y de esta manera acabamos nuestro día “croata” del viaje, paseando, kebab en mano, por una mágica Liubliana.

miércoles 29 de junio: CUEVAS DE POSTOJNA Y CASTILLO DE PREDJAMA, LO MÁS VISITADO DE ESLOVENIA

Hoy es nuestra última jornada de viaje. A las 21:50 h sale de Trieste el vuelo de Ryanair que nos llevará hasta Valencia, por lo que el día aún se puede aprovechar bastante. En un primer momento la idea era salir después de desayunar hacia Postojna, localidad situada a medio camino entre Liubliana y Trieste y visitar las Cuevas y el Castillo de Predjama, para después llegar hasta la costa, visitar Piran y ya ir subiendo hacia el aeropuerto de Trieste. Pero durante nuestra visita a Liubliana el primer día del viaje, al pasar por delante del Museo Nacional de Eslovenia y ver la exposición de Tolouse Lautrec, decidimos hacer una variación en nuestros planes. Primero iremos a Liubliana, visitaremos la exposión de Lautrec y desde allí iremos a Postojna.

Dicho y hecho, a las 10:00 de la mañana estamos visitando la magnífica exposición dedicada a los posters y carteles creados por este pintor y cartelista francés, pequeño por fuera pero grandísimo por dentro.

Tras la visita al museo cogemos la autopista A-1 y en apenas media hora (54 km) llegamos a Postojna. Esta localidad está muy cerca de la frontera italiana y eso se nota enseguida ya que se ven bastantes italianos pasando el día por la zona. Y no les faltan motivos, puesto que en los alrededores de esta tranquila población se encuentran los dos principales reclamos turísticos de Eslovenia: La Cueva de Postojna y el Castillo de Predjama.

La Cueva de Postojna es la cueva cárstica más larga de Eslovenia, con unos 20 km. de galerías, siendo 5 de ellos visitables.  La visita a las cuevas dura aproximadamente una hora y media. La entrada se hace con un trenecito donde se recorren alrededor de 2 km, siguiendo posteriormente a pie un kilómetro más, siempre en compañía de un guía. Hay guías en varios idiomas pero no en español. Nosotros elegimos un guía en italiano, ya que el chico que lo hacía en inglés estaba colapsado de gente, y acertamos de pleno puesto que seríamos unas siete u ocho personas por lo que las explicaciones fueron bastante más exclusivas.

Al llegar a la zona de las Cuevas enseguida uno se percata de la dimensión del lugar donde te encuentras al ver los enormes parkings que hay en los exteriores de las instalaciones. Dejamos el coche en uno de ellos y fuimos a las taquillas a comprar las entradas. Allí nos explicaron que las visitas se hacen cada hora y vimos la lista de precios, existiendo varios tipos de entradas. Nosotros compramos la entrada combinada que da acceso a las Cuevas y al Castillo y que sale por 27,90 €.  La visita a las cuevas se disfruta bastante e incluso se puede observar el “Proteus Anguinus” o Pez Humano, una rara especie de ovíparo ciego que habita en las Cuevas y que vive más de 100 años. Recordar a futuros visitantes que la temperatura en el interior de las Cuevas de 8ºC por lo que hay que ir con algo de ropa de abrigo ya que de lo contrario te puedes ir con un buen resfriado de recuerdo. En el interior de las cuevas está prohibido hacer fotografías, por lo que la que publico a continuación es cortesía de la web oficial de las Cuevas de Postojna.

Después de la visita a las Cuevas nos fuimos a comer algo a Postojna y lo hicimos en una Pizzería. Comemos muy tranquiletes porque no hay nadie, y es que son las tres de la tarde, hora nada habitual para el resto de europeos. La verdad es que comimos un rissotto y unos gnocci riquísimos, como se nota la influencia del país vecino. Desde Postojna seguimos la misma carretera de las Cuevas atravesando un frondoso bosque y después de 9 km. llegamos al Castillo de Predjama casi a las 17:00 h, por lo que apenas había gente (cierra a las 18:00 h), disfrutando de este mágico lugar casi solitos. La principal característica de este Castillo es que está construido en la cavidad de un despeñadero sobre un arroyo, lo que le da un aspecto realmente “extraño” pero a la vez espectacular. Es una verdadera obra de arte del ingenio y de la astucia medievales en busca siempre de la protección de los ataques del enemigo. Aquí sí que nos dan una audioguía en español y un tríptico donde puedes leer la historia del Castillo.

Y con la impresionante visión del Castillo de Predjama aún en nuestras retinas, ponemos rumbo a la cercana frontera italiana y por consiguiente al aeropuerto de Trieste, donde a las 21:50 en punto despega el vuelo de Ryanair que nos llevará a casa dando así por finalizada nuestra aventura esloveno-croata de 5 días. Ya solo queda grabarse bien todos los recuerdos en esa parte del corazón/cabeza donde jamás se borran y pensar cómo no, en la próxima escapada.

12 comentarios

  1. Es este uno de los países que nos quedan por conocer y, con tu introducción, me abres más el apetito. No he encontrado en la página un detalle más concreto de las localidades visitadas o es que estoy hoy un poco torpe. Lo sigo revisando,. Ahora eso sí, ciudadanos viajeros, siempre os desearé salud,
    Un abrazo, desde Parada y Fonda de un viajero.

    20 julio, 2011 en 21:17

    • Buenas José Manuel, no te preocupes, que no estás torpe, simplemente es que aún no tengo colgado el relato de ese viaje. En breve lo publicaré y si tienes alguna duda sobre Eslovenia, no dudes en escribirme, que si puedo, te ayudaré.

      Un saludo desde somosnómadas

      21 julio, 2011 en 8:10

  2. En octubre y partiendo de Verona queremos visitar Eslovenia y norte de Croacia, quizas Graz. Solo agradecerte el blog porque nos vendrá super bien, no es un país muy visitado y no hay mucha información.

    saludos y seguir así

    25 agosto, 2011 en 9:26

    • Muchas Gracias Israel, y muy bueno vuestro blog de viajes. Pondré un enlace en mi blog.

      Un saludo y buenos viajes

      25 agosto, 2011 en 12:15

      • Nómadas, con vuestro permiso también os añadimos a Viajaramundi, vuestro blog nos viene de perlas.

        saludos

        26 agosto, 2011 en 6:35

  3. Marián T.

    Como siempre, me ha encantado vuestra experiencia. Hace tiempo que pienso en hacer una incursión por Eslovenia aprovechando la ruta Valencia-Trieste, así que gracias por la información que seguro aprovecharé. Ya os cuento, eso si, tendremos que esperar al año próxmo.
    Saludos

    4 septiembre, 2011 en 22:46

    • Gracias Marian. Si te decides y necesitas algo, ya lo sabes.

      Un saludo

      5 septiembre, 2011 en 8:19

  4. Marián T.

    Bueno, no tengo vergüenza, jejeje, hace ya un mes que hemos vuelto… Fueron 5 días de naturaleza en estado puro. Nos dedicamos 4 a Eslovenia (Bled, Vintgar, Cuevas, Predjama, Paso de Vrisk… espectacular) y un día para Venecia que no la conocíamos. Pasamos de la tranquilidad absoluta al turismo de masas, pero genial.
    Muchas gracias, si no es por vosotros no se nos hubira ocurrido visitar este pequeño país.
    Saludos

    21 May, 2012 en 22:42

    • Hola Marian,

      Pensaba que te habías quedado en Eslovenia, jejeje. En serio, me alegro de que os fuera bien, a nosotros Eslovenia nos sorprendió muy gratamente y de Venecia que te voy a contar, su único problema es la cantidad de gente que hay.

      Un beso

      22 May, 2012 en 9:49

  5. Ness

    Nos vamos a Eslovenia mi pareja y yo, pasando dos días por Venezia, y sí ya teníamos ilusión, la narración de tu viaje nos ha dado aún más subidón…además de resolvernos algunas dudas y de animarnos a visitar Croacia y Austría. Enhorabuena por el blog!!!! Saludos.

    26 marzo, 2015 en 16:17

  6. Tengo que decir que en tan poca información que se puede encontrar sobre Eslovenia, vuestro texto tiene mucha calidad.
    Es un país no tan visitado pero en realidad diría que es una de las joyas de Europa. Con preciosa naturaleza y lugares de interés 🙂

    28 octubre, 2016 en 11:29

    • Muchas gracias Karin por el comentario, estoy totalmente de acuerdo contigo en que Eslovenia es una de las grandes desconocidas de Europa.

      24 noviembre, 2016 en 17:56

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